Este acto ritualístico creado en el plano físico y
mental se proyecta en el plano astral creando una atmósfera espiritual dentro
de la Logia que influye a nivel personal y también, como no podía ser de otra
manera, en la egrégora de los miembros del Taller. El iniciado masón cuando
está en el templo realiza un acto mágico que transciende mas allá de lo que ve,
no se trata de imaginar, se trata de sentir, y solo así somos conscientes del
poder del ritual cuando influye en nuestras vidas cotidianas. El poder de los
saludos masónicos es equiparable al de los mudras orientales. En ambos casos se
mueven energías de luz primordial que un iniciado puede utilizar. (Extracto del libro)
Un libro desmitificador que muestra el verdadero poder de la Masonería.